Níger pasa a la historia como el primer país en haber ratificado el Protocolo sobre trabajo forzoso
14 mayo 2015
Níger, país de África Occidental, hizo historia este año al convertirse en el primer país en ratificar el Protocolo sobre trabajo forzoso de la OIT. Esta decisión representa una gran victoria para la lucha contra la esclavitud moderna, en un país sonde decenas de miles de mujeres, hombres y niños siguen viviendo en servidumbre.
Foto: Montañas de Air, Niger
Níger es uno de los pocos países del planeta donde todavía es posible nacer en esclavitud. Pero el país tiene una historia notable que contar, gracias a los líderes que han luchado contra esta práctica desde que la nación conquistó su independencia en 1960.
«En 1961, el país ratificó el Convenio sobre el trabajo forzoso. Después, en 2002, adoptó una legislación nacional que prohibía la esclavitud, con penas severas para los culpables de tener esclavos. Fue el primer país de África Occidental en hacerlo.
Este año, Níger reafirmó su compromiso de poner fin a la esclavitud moderna al convertirse en
el primer país del mundo en ratificar el Protocolo sobre trabajo forzoso de la OIT.
“Este es el siguiente paso lógico para combatir esta flagelo que afecta [nuestra] sociedad”, declaró el ministro de Empleo de Níger, Salissou Ada.
El Director General de la OIT, Guy Ryder, lo definió “un momento extraordinario”.
“Al ser el primer país que lo ratifica, Níger permite que el Protocolo esté en buen camino para entrar en vigor”, dijo. “Esto da esperanzas a millones de mujeres, hombres y niños que aún están atrapados en la esclavitud moderna”.
En la región Tahaou, por ejemplo, las niñas que nacen en esclavitud son vendidas como “quintas esposas” debido a una costumbre conocida como wahaya, y son sometidas a la explotación sexual y al trabajo forzoso como asistentes domésticas. Por lo general, son vendidas cuando tienen entre nueve y once años. Sus hijos también nacen esclavos.
Los niños nigerinos también pueden nacer en esclavitud y ser obligados a trabajar como peones agrícolas o pastores, o a pedir limosna en las calles de las ciudades.
“Son los esclavos los que aran los campos, cuidan los rebaños, crían a los niños del amo, hacen todas las tareas domésticas, etc. No pueden casarse sin el consentimiento del amo”, explica Samaila Ibrahim, coordinadora del Proyecto de la OIT contra el trabajo forzoso y la discriminación en Níger.
Aún cuando los esclavos logran recuperar su libertad, siguen enfrentando discriminación por ser miembros de una casta inferior.
Estas formas tradicionales de esclavitud coexisten con práticas más modernas, como la trata de seres humanos, en la que mujeres jóvenes de Níger son vendidas a Nigeria, África del Norte, Oriente Medio y Europa, y obligadas a trabajar como prostitutas.
En Níger, todavía hay más de 59.000 mujeres, hombres y niños que viven en esclavitud o en condiciones similares a la esclavitud, según un informe de la Oficina nacional de estadística y de la OIT.
Para todas estas víctimas, la ratificación del Protocolo sobre el trabajo forzoso por parte de Níger es portadora de esperanza. Para el mundo, es un llamamiento a seguir el ejemplo de Níger y a dar el «siguiente paso lógico» hacia la erradicación de la esclavitud moderna de una vez por todas.