Las formas contemporáneas de esclavitud son contrarias a la idiosincrasia de Nueva Zelandia
22 enero 2020
Al ratificar el Protocolo de la OIT relativo al trabajo forzoso, Nueva Zelandia asumió un firme compromiso contra las formas contemporáneas de esclavitud. Se convirtió en el cuadragésimo tercer país en ratificarlo a nivel mundial, y en el tercero de la región de Asia y el Pacífico.
Photo: Pancake Rocks, Nueva Zelandia (Bernard Spragg)
La OIT estima que a nivel mundial hay casi 25 millones de personas sometidas al trabajo forzoso. El Protocolo relativo al Convenio sobre el trabajo forzoso prescribe que los Estados ratificantes adoptarán las medidas necesarias para prevenir el trabajo forzoso, y para proporcionar a las víctimas protección y acceso a acciones jurídicas y de reparación apropiadas y eficaces.
“El trabajo forzoso y las formas contemporáneas de esclavitud, independientemente de la situación en cuestión, son contrarios a nuestra idiosincrasia, en nuestro país que respalda el bienestar de nuestra gente”, dijo Lees-Galloway, Ministro de Relaciones Laborales y Seguridad tras su visita a la OIT en junio de 2019, y anunció que Nueva Zelandia ratificaría el Protocolo de la OIT relativo al Convenio sobre el trabajo forzoso. “Pasar a formar parte del Protocolo envía un mensaje claro acerca de la importancia que atribuimos a la lucha contra el trabajo forzoso y demás formas contemporáneas de esclavitud en Nueva Zelandia y en el mundo”, añadió. “El Protocolo coincide plenamente con nuestros compromisos y leyes en vigor, así como con iniciativas que tenemos en marcha para impedir la trata de seres humanos, el trabajo forzoso y la explotación de los migrantes de modo más general.”
El 13 de diciembre de 2019, Nueva Zelandia ratificó el Protocolo en presencia de Su Excelencia la Embajadora de Nueva Zelandia, Jillian Dempster, y del Director General de la OIT, Guy Ryder.
“Cabe afirmar que el trabajo forzoso es una de las prácticas laborales más antiguas y, sin lugar a dudas, la más vergonzosa. Su existencia hoy es una afrenta, tanto contra los derechos humanos y la dignidad, como a los principios y valores fundamentales con los que se identifican Nueva Zelandia y la Organización Internacional del Trabajo. Al ratificar el Protocolo sobre el trabajo forzoso, Nueva Zelandia confirma su compromiso firme con la erradicación de esta lacra en todas sus formas, y con la campaña internacional para erradicar de este mundo el trabajo forzoso”, señaló Jillian Dempster.
“Me es grato recibir este instrumento de ratificación, que da fe del compromiso de Nueva Zelandia”, dijo Guy Ryder. “Al ratificar el Protocolo, Nueva Zelandia avanza hacia la consecución del trabajo decente y del cumplimiento a nivel de país de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030, en particular, la Meta 7 del ODS 8”.
A escala nacional, Nueva Zelandia lleva mucho tiempo luchando contra la trata de personas. En 2015 se enmendó la legislación para que no solo abarcara la trata transfronteriza sino también a nivel interno. El Gobierno ha adoptado otras medidas para reforzar la protección de las víctimas de la trata de seres humanos y la asistencia a esas personas. Por ejemplo, las víctimas tienen derecho a buscar trabajo y pueden recibir ayuda para el alojamiento. El Plan de Acción Nacional de Prevención de la Trata de Seres Humanos, adoptado en 2009, prevé la protección y asistencia a las víctimas, entre otras cosas, servicios de salud, alojamiento, servicios sociales y ayuda económica. También reciben asistencia durante el proceso de justicia penal. En la actualidad, está siendo revisado para que refleje los cambios en la legislación, las características de la trata de seres humanos en nueva Zelandia, y para incluir más adecuadamente las cuestiones del trabajo forzoso, la esclavitud y la servidumbre por deudas.
Con esta ratificación, Nueva Zelandia también contribuye a la iniciativa de la OIT: “Campaña de ratificación del Centenario: Uno cada Uno«, emprendida en 2019 por la Oficina Internacional del Trabajo en conmemoración del centenario de la OIT.